Lo que sí sabemos es que las primeras referencias sobre dónde se inventó el enjuague bucal se encuentran en China hacia 2.700 A.C.
Hay referencias de uso de “enjuagues bucales” en la antigua Roma, Grecia, Egipto y China.
Para el siglo I en Roma era común comprar orina para usar como enjuague bucal.
¡El amonio derivado de la orina continuó siendo usado como enjuague bucal hasta el siglo 18! pero en el siglo 17 encontramos un esfuerzo por encontrar una solución más científica
Esta empezó a llegar con Anton van Leeuwenhoek, que marcó un antes y un después en la historia del enjuague bucal.
Es él nuestro primer indicio conocido de un estudio sobre el efecto de las soluciones sobre las bacterias en la boca.
Y es para aquel entonces que Van Leeuwenhoek probó una primera solución para eliminar las bacterias en boca.
La cual fue una mezcla de vinagre y brandy, el primer ancestro (conocido) de los colutorios moderno.
Esta mezcla tenía cierta efectividad en pruebas de laboratorio.
Sin embargo, Van Leeuwenhoek notó que cuando la usaba en sí mismo las bacterias persistían en boca.
Esto marcará un antes y un después en lo que será la composición de los enjuagues bucales.